Ayer se cumplieron tres años de la apertura de este blog. Como habréis visto, las entradas se hacen cada vez más espaciadas. Quizás porque el objetivo con el que abrí este espacio se cumplió con creces hace tiempo. Quizás porque me he acabado cansando un poco de los microrrelatos e incluso de la blogosfera. Quizás porque para mantener un blog hagan falta un tiempo y una energía de los que ahora no dispongo. En cualquier caso, quería aprovechar la ocasión para agradeceros a todos los que habéis ido pasando por aquí vuestro interés y generosidad.
Para corresponderos (modestamente, eso sí), os dejo un microrrelato inédito. Abrazos múltiples y agradecidos:
LA
PAREJA PERFECTA
Incluso tuve que soportar el gesto
entre incrédulo y socarrón de las enfermeras cuando les dije que había ido a
hacerme una mamografía. Así empezó todo: me diagnosticaron una ginecomastia en
la mama izquierda. Más tarde, visité al cardiólogo. Él me confirmó que tenía una
insuficiencia mitral leve. Cuando llegué a casa, busqué en internet. Y me llamó
la atención que el trastorno se diera con mucha más frecuencia en mujeres. No
pasó demasiado tiempo hasta que comencé a notar un malestar general
indefinible, acompañado de otras dos sensaciones desconocidas hasta entonces en
ese grado: mayor irritabilidad y mayor predisposición al llanto. Esos síntomas
solo duraron tres o cuatro días. Pero al cabo de un mes volvieron. Y al
siguiente. Y al otro. También advertí, por el contrario, que mis relaciones
sexuales se volvían más placenteras: los orgasmos no solo se hacían más
intensos y duraderos, sino que se llenaban de matices insospechados.
Lo habrán adivinado: me he
convertido en mujer. Pero ni siquiera eso es lo más extraordinario del caso. Lo
más insólito es que mi mujer ha seguido el proceso inverso y se ha transformado
en un hombre. Parece que por fin somos felices.