Veo a mi hermano subir otra vez a tocarla. Algo le pesa en los pasos y en los hombros. Su guitarra parece triste. Nunca lo había visto así. Porque su mundo ha cambiado, a pesar del estribillo, que él cantaba desde las tripas de su voz como para conjurar que nada malo le pudiera pasar. Pero mi hermano sabe que es mi canción favorita.
Recuerdo la primera vez que la escuché. Estaba en mi habitación, viendo oscurecer el día desde la ventana. Y ya en los primeros acordes algo se me removió por dentro. Como un estremecimiento por detrás de la piel que acabó en la piel misma. Fue y vino, y después se sostuvo. El temblor, digo. Y miré el cielo ennegrecido y en esa contemplación con la canción de fondo comprendí algo profundo que nunca supe expresar. Un secreto, quizás.
Desde entonces le pedía a mi hermano que me la cantara. Me gustaba notar su voz cerca porque así sentía que casi podía tocar las notas con mis manos. Y le preguntaba cosas. Que qué significaba Jai Guru Deva. Nada, me decía, no significa nada porque el universo es así de inexplicable. Otras veces, mientras la escuchábamos juntos, repetía: ¿lo ves?, estanques de tristeza y olas de alegría, la vida es eso, Dani, una montaña rusa de emociones. Ya lo entenderás.
Se le enreda la voz cuando llega al estribillo. Se le agrieta. Su mundo sí ha cambiado, a pesar del estribillo. Con la voz rota y dos lágrimas eternas en las mejillas sigue tocando. Sabe que es mi canción favorita. Y llega al final. Y viene hacia mí para abrazarme.
Echado sobre el féretro me susurra llorando: esto no va a cambiar nada, Dani, ¿me oyes?, no va a cambiar nada porque te voy a estar cantando siempre.
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Hola Iván. Como es un micro ya presentado a un concurso, me parece poco útil buscarle la vuelta así nque lo he leído con la única intención de disfrutarlo y lo he hecho. Es triste, es oscuro, es sensible y es honesto. Y acaba como esperas. A veces las cosas son lo que son y acaban como deben. Y no hay mucho más.
ResponderEliminarUn abrazo y mucha suerte.
Gracias Jesus. Para la última escena me vino a la cabeza un micro tuyo: "Esperanza". Así que te debo algo.
ResponderEliminarEl concurso no es gran cosa, ya he participado otras veces, pero el otro día me surgió la idea y probé suerte.
Un abrazo.
Es cierto lo que dice Jesús, así que no añadiré mucho más. Quizás, que es un relato valiente. Me explico. El humor le sienta muy bien a los micros y suele partir con cierta ventaja en los concursos. También es lógico. Imagínate que formas parte de un jurado y lees 500 relatos de ésta índole. Por eso - y sabiendo que tú todo esto ya lo sabes - considero que escribiste lo que quisiste, como quisiste y sobre lo que quisiste. Te salió triste, si, pero el relato es desgarrador. Por mi parte, mi más sincera
ResponderEliminarenhorabuena.
Un abrazo
La ventaja de ser perspicaz, apreciado Agus, es que sueles acertar muchas veces. Es tu caso. Me vino la idea, sabiendo que el micro debía ir sobre los Beatles. Me emocionó la idea y el proceso de elaboración, sabiendo que la composición podía salir desgarradora. De hecho me da un poco igual el concurso (ya he participado otras veces con diferente suerte). Necesitaba escribir esta historia y lo he hecho. La participación en el concurso es posterior y secundaria.
ResponderEliminarMuchas gracias Agus, y un fuerte abrazo.
Hola, Iván.
ResponderEliminarMe ha gustado la amargura, y me ha gustado el proceso. Como dice Jesus, acaba como debe.
Yo sí apuntaría alguna cosa, pero voy a esperar a que ganes las entradas, para no quedar como un bobo.
Creo que cualquier final es bueno si es el que demanda el relato. En este caso, es posible que cualquier otro final hubiera estropeado lo que sin lugar a dudas es un buen relato.
ResponderEliminarComo ya te han dicho, es de esos relatos honestos, que salen de las tripas y punto. Y vaya me gusta más que el ganador(es que me pareció más tópico, en fin...)
ResponderEliminarUn saludo
Nunca me cansaré de leerlo, y si encima pones la cancion de fondo, buf! nosé como seria el relato ganador Ivan, pero para mi, tendrias que haver ganado!
ResponderEliminarMuchas gracias Gemma. No sabes lo que me alegran tus palabras. La literatura es comunicación. Los premios son otra cosa. A mí lo que me satisface es lo primero: comunicarme. Eso es lo que permanece al cabo de todo. Lo demás solo sirve para engordar egos y vanidades.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por dejar tu huella por aquí.