La mujer de las ojeras le dice al hombre del gesto aséptico
que insista cada día, que se las lave a conciencia a ver si aquello desaparece.
Él obedece y se aplica con una minuciosidad de cirujano, casi con sevicia. Sin
embargo, la mancha parduzca, a tramos cenicienta, que se extiende por dorso y
palmas, sigue ahí, con una terquedad insolente. Tres, cuatro, cinco minutos de
ritual. Solo para complacer a su esposa. Sabe que la mancha permanecerá. Sabe
cuándo surgió. Sabe cómo desaparecería. Sí, lo sabe. Solo espera que ella no lo
acabe relacionando con sus últimas excusas y
disimulos, con su llegada a altas horas, con aquellas bolsas de basura
por las que el otro día le preguntó preocupada.
_________________________
*Uno ReCiclado. Aunque he rehecho el inicio, claro.
Sólo espero que lo que haya en las bolsas de basura sea dinero y no miembros amputados. Un abrazo.
ResponderEliminarLo sabe él, y ahora ya lo sabemos todos, Iván. ¿Sevicia? ¿Hay que ser profesor de secundaria en activo para saber su significado y utilizarla, o siendo uno más de la lista de substituciones también se puede usar? Es broma. Nunca me acostaré sin saber una cosa (o una palabra) más. ReCiclar siempre es bueno. Abrazos.
ResponderEliminarTe ha quedado de lo más Cachuli, o pantojil, como lo quieras llamar. Creo que fuimos unos pocos los que hablando de manos sucias nos fuimos al dinero o al poder... Además, Iván, me gusta mucho el reciclaje que le has hecho.
ResponderEliminarUn abrazo, o más.
Me gusta ese final con bolsas de basura de cuyo interior no se sabe nada, y deja abierta la brecha de pensamiento entre ...piernas, brazos, manos, (amputados), dinero, tintes para lavanderías, o simples desperdicios mezclados de una sociedad hartísima de reciclar.
ResponderEliminarabrazos Iván.
Interesante relato, dejas al lector que imagine el contenido de esas bolsas de basura. Me gustó que él supiese cuando aparecieron y como borrarlas, pero prefería esperar. Muy bueno
ResponderEliminarUn saludo.,
¡Excelente, Iván, no sólo por cómo tratas su fondo, sino por la exactitud con que compensas lo explícito con lo soterrado del relato!
ResponderEliminarBuen ReCiclaje, sin duda.
A modo de anécdota te contaré que sonreí al encontrarme con "sevicia" en el texto -dado que yo también había recurrido a este término en uno de mis micros- y me pregunté cuántos de tus lectores habrían protestado por ello.
Un abrazo.
Tres, cuatro,... ¿cuántas veces debe leerse un microrrelato para entenderse. No puedo con él. Mal día para venir. Veré que dicen los comentarios. No dicen nada, creo.
ResponderEliminarLa forma como está narrado provoca inquietud, la sensación de que esa mancha no es de nada bueno.
ResponderEliminarBuen reciclaje.
Besitos