A Pablo Gonz
Mucho tiempo después, en el discurso de aceptación del
Nobel, frente a multitud de focos, cámaras y un público expectante, el escritor
Johannes Thorbat había de referir, ante la perplejidad de todos los presentes,
aquella lejana tarde en la que el médico le diagnosticó un pólipo en la
vesícula[1].
[1] Al cabo de pocas semanas tras ese diagnóstico, Johannes Thorbat leyó un estudio en el que se explicaba
que varios escritores célebres habían padecido a lo largo de sus vidas todo
tipo de problemas biliares. Eso lo cambió todo.