“¡Tachán!”. Mario aparece por sorpresa delante de Natalia exhibiendo un precioso ramo de flores y una generosa sonrisa. Los ojos de Natalia se lo sacuden dedicándole toneladas de desprecio: ¿con quién te has acostado ahora? No, cariñito, hoy celebramos que he dado el primer paso: he encontrado un grupo de Casados Infieles Anónimos, voy a ir a terapia. Tiene guasa el asunto, después de todo, el canalla tiene buenas salidas. Pero esta vez se ha pasado. Si quería aprovechar el ramo, el muy imbécil podría haberse acordado de quitar la tarjetita: “Cachito mío, mañana mismo dejo a mi mujer”.
*Este es el micro que envié a ReC en la segunda semana de concurso. Evidentemente no fue seleccionado, porque, si así fuera, ya lo habría pregonado a los cuatro bombos (perdón: a viento y platillo). Bueno, a ver dónde doy el bocado esta semana.
A veces los inicios tan abiertos son los más díficiles, los menos cómodos. Intuyo, que esta semana barajaste varias posibilidades antes de decidirte por ésta, quizás sin tenerlo del todo claro. A mí solía ocurrirme con bastante frecuencia. Aunque en este concurso lo importante es semana tras semana cerrar la historia. Te salió un micro con aires de bodevil.
ResponderEliminarÁnimo y un abrazo.
Bueno, sí, el micro es ligerito y noto alguna fisura por donde se escapa algo. Creo, por ejemplo, que la última frase no cierra bien la pieza. La distancia hay que trabajarla mucho porque requiere una precisión de reloj suizo. Y noto con cierta frecuencia que a mis ideas u ocurrencias les aprieta la brevedad -o es que me falta destreza, claro-. En fin, es cierto también que no todo el mundo puede ser sprinter, aunque se entrene mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu atención Agus, tus comentarios me sirven para reflexionar. Seguiré con las probaturas en la distancia. Al fin y al cabo el concurso -como el blog- son una excusa para obligarme a escribir.
Un abrazo.
Es que con la crisis que padecemos... desaprovechar el ramo hubiera sido un acto de derroche e irresponsabilidad imperdonable; más, si el pájaro, pertenece al funcionariado y se ha visto perjudicado con el importante recorte salarial. Eso sí, llevar el ahorro y la responsabilidad anticrisis hasta el extremo de aprovechar hasta la tarjetita del uso anterior, es cuando menos, una negligencia que sólo puede cometer una persona que está deseando mandar a su enésima pareja a freir espárragos de la forma más "romántica" y original.
ResponderEliminarComo siempre, las consideraciones técnicas las dejo para los versados en la materia. Encuentro el microrelato divertido y gracioso, sin más.
Hola Iván:
ResponderEliminar(a ver si tengo suerte y no vuelvo a perder el comentario, me sucede con frecuencia, quizá sea la pauta de un cuento y aún no me lo creo)
De tu micro me gusta la intención y la voluntad irónica y casi sarcástica, pero se advierte ( o al menos yo lo advierto y puede que me equivoque) cierta precipitación en la narración abocada a la ingeniosa e interesante anécdota del cierre.
Supongo que tiene mucho la culpa las bases de este concurso que trae de cabeza a buena parte de los microrrelatista que son (somos) y serán.
Este concurso plantea dos obstáculos durísimos para cualquier narrador: la urgencia temporal y la rigidez en la extensión. Una vez salvados tu micro ya no depende de ti sino de una dinámica infernal: competir con cientos y cientos de micros como el de uno. Y si logras entrar en la terna final lo lamentable es que, como en esta semana, todo se resuelve con un "me gusta o no me gusta" de Francino o a veces de algunas de las chicas que leen los micros. En fin son lentejas, que le vas a hacer. La zanahoria de una bolsa de 6.000 euros es potente.
Confesión: el año pasado pequé cinco veces, sin ninguna fortuna, por supuesto y no sé si este año volveré a tropezar con la misma piedra.
Iván, sigo quedándome con micrazos como Sábanas Grises y La espera y por supuesto, te animo y me animo a continuar siempre con la premisa picasiana que planteas en la declaración de intenciones del blosss.
nos leemos
salut,
hugo
Hugo: Amén.
ResponderEliminarAciertas en todo, como casi casi siempre. Me siento especialmente incómodo en los concursos dirigidos y rígidos, sobre todo en los de micros. Creo que casi ninguno de los que he enviado a la SER me han dejado satisfecho, porque se me queda todo a mitad de desarrollo y no encuentro los golpes de ingenio u ocurrencia que se necesitan en estas composiciones. Y claro, se precipitan al final.
Muchísimas gracias por tu generosidad en el comentario. Pero sobre todo gracias por tu estado de lucidez permanente.
Nos leemos,
Un abrazo,
Iván.
A mí también se me diluye un poco, aunque me he divertido y me gusta la idea de los Casados Infieles Anónimos.
ResponderEliminarSuscribo palabra por palabra lo que dice Hugo, entre el poco tiempo que hay, la frasecita que se las trae y la brevedad obligada, es complicado parir un hijo sano, no digamos guapo.
Es, sin embargo, un buen ejercicio, y si te inspiras y te sale... que se lo digan a alguno que yo me sé.
Un abrazo Iván, perdón por el retraso que la familia me ha tenido liado este fin de semana.
Me gusta tú relato, Iván, es corto y quizás por eso lo he entendido, jeje
ResponderEliminarBuena idea de tener un blog, así podremos disfrutar de lo que escribes.