jueves, 14 de julio de 2011

FETICHE

Foto número novecientos setenta y tres de la serie. El Dr. Dionisio Ridaura comprueba en la pantalla de su cámara digital que el resultado vuelve a ser óptimo. Sonríe satisfecho. El estampado de flores rosáceas con fondo negro del vestido y el escote de pico realza la esencia de lo que siempre busca en estos retratos. “¡Lista señorita!”. El doctor acompaña a la joven a la puerta de su estudio de fotógrafo aficionado. Cuando ella se da la vuelta y le ofrece la espalda, su cintura de niña y el bamboleo de sus andares, él la sigue con una mirada salaz. Y pronuncia en su mente, por noningentésima septuagésima tercera vez, la misma convicción de siempre: “Las mujeres de mandíbula angulosa son las que mejor hacen el amor”.

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Este micro nació al calor de una iniciativa impulsada por Fernando Valls en su blog La nave de los locos. Se trataba de escribir un micro a partir de este retrato del fotógrafo Thomas Ruff, ganador del Premio PHotoEspaña 2011. Por otra parte, tengo que anunciar, que, después de una prolongada sequía, ya tengo algunas cosillas para ir colgando. Saludos y de nuevo bienvenidos.

3 comentarios:

  1. ¡qué doctor más pillín! jeje
    Tendré que comprobar la teoría de las mujeres de mandíbula angulosa... jajaja

    Un saludo indio

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  2. ¡Qué facilidad para armar historias a partir de una foto, de una frase! Yo soy sencillamente incapaz.
    Un abrazo, Iván. Sigo leyendo.
    PABLO GONZ

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  3. Bueno, indio, lo de la teoría de las mujeres de mandíbula angulosa es cosa del señor Ridaura, yo creo que lo pondría en duda jaja. Un saludo indio, cómo no. Y gracias por pasar.

    Y Pablo, te comento algo: qué diferente es la percepción que tiene uno sobre sí mismo, sobre su trabajo, de la que tienen los demás. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que cuando yo leo a los demás armar historias a partir de una frase o una imagen, y lo hacen con esa desenvoltura, eficacia e incluso brillantez, pienso en que a mí me salen cosas descafeinadas y que cuando me sale algo decente es a costa de unos cuantos litros de sudor y sangre. Bueno, esta es una historia muy ligerita que escribí divertido, muy al contrario de la actitud grave que adopto cuando escribo todo lo demás. En cualquier caso, como a indio, gracias por dejar tu huella, amigo.

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