viernes, 23 de septiembre de 2011

LA IMPORTANCIA DECISIVA DE LOS PRONOMBRES

Algunos cambios son imperceptibles: vienen amortiguados por la rutina. Por otra parte, el uso de los pronombres, en ocasiones, adquiere una relevancia mayor de la esperada. Y a veces, incluso, todo ocurre en un jardín. En el jardín de la casa nueva. En el jardín que él limpió de hierbajos primero y plantó de césped después. En el jardín en el que ella trasplantó begonias, margaritas, geranios y una gardenia. El jardín que cuidaban ambos, alternativamente. Hoy riego yo, cariño. Hoy riegas tú, cielo. Y el mundo y la vida adoptando en aquellos momentos formas algodonosas.

Pero imperceptiblemente la tendencia cambia. Y él, cuando riega, ya solo riega el césped, y ella, cuando riega, solo riega sus flores. Y ocurre que él un día se asoma al jardín mientras ella riega sus flores y dice, eh, a ver si vas con cuidado con mi césped, que ya te he dicho que he replantado esa zona. El aire se carga entonces de un intenso olor a azufre. Ella se revuelve con otras palabras que avanzan enseñando dientes y rencor: con el mismo cuidado con el que tú pasas el cortacésped y te cargas mis flores. Él se bate en retirada mascullando algo, pero sin dar mayor importancia. Ella, en cambio, percibe de inmediato que algo se ha roto definitivamente.

7 comentarios:

  1. Cuidado con tus tijeras y su pistola.
    Este relato es importante.
    Un abrazo

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  2. El jardín como teatro de operaciones. Las primeras escaramuzas. Las primeras amenazas veladas. El olor a sangre. Cuando la convivencia ya no es posible, solo hay dos soluciones: la separación negociada o el conflicto armado. Los pronombres contienen el germen de todas las guerras: lo tuyo, lo mío, lo suyo. Lo nuestro, lo vuestro, lo suyo. Es en la confusión de dichas fronteras donde estalla el conflicto...

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  3. Cuando las cosas son tuyas en vez de nuestras, cuando se recalcan estas diferencias, algo lleva tiempo mal.

    Un saludo indio

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  4. Muchas gracias por comentar, Ana, Alberto e Indio. La intención del micro era esa, reflexionar sobre la trascendencia de algunos gestos cotidianos, que muchas veces son síntoma de algo profundo pero que solemos desatender por el propio halo de rutina en el que vienen envueltos.

    Y por favor, Alberto, te rogaría que la próxima vez que comentaras en mi blog no me dejaras un comentario que superara en calidad al texto que analiza. A su lado, mi micro parece poca cosa :)

    Ahora en serio, peazo de comentario, incluso con matices líricos. Te lo agradezco enormemente.

    Un abrazo triple.

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  5. Perdón por la ausencia, pero tú me entiendes que andas igual de liado que yo.

    Un texto escrito con tu solvencia habitual, conciso y limpio. Y un buen juego para hablar de otra cosa, como debe ser.


    PD Tu trabajs en instituto público? Ya me contarás.....

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  6. "Usted se tendió a su lado". Usted escribió mi microrrelato que será nuestro ejemplo. Fantástico. Gracias por compartirlo.

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  7. Iván, somos lo que hablamos y en lo que decimos mostramos mucho más de lo que aparentemente soltamos. Somos lenguaje y por eso sigo sin entender por qué siga siendo tan impopular nuestra asignatura.

    Saludotes intensos

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